La típica reunión del
viernes a la noche, los tres han asistido al ritual con devoción por años.
Después de la ardua
semana unas cervezas, una picada y celebrar la misa de la Amistad
Carlos , Alberto y
José Luis se conocen del secundario y hoy en sus tempranos treinta conocen cada
curva del camino de cornisa de cada uno de ellos
Conocimiento adquirido
en la cancha, en los billares y los boliches , en las vueltas a casa medios en
curda,en triunfos y derrotas temporarias.
Carlos llega apurado
como si habría un horario para la amistad, como si lo hubieran soltado de una
jaula con esa sed de cerveza de Noviembre , con esa necesidad de risas y
cargadas, de futbol, de aceitunas y proyectos, los abraza como quien se agarra
a los guardavidas a la salida del mar en
un día fulero.
Al sentarse nota algo
extraño, Alberto va por la mitad de un Gancia, José Luis tiene un vaso de vino
blanco, generalmente esperan por él y empiezan despacio con cerveza.
José tamborilea
nervioso los dedos sobre la mesa y mira a Alberto esquivando la mirada
inquisitiva de Carlos
Alberto se manda de un
trago lo que queda del Gancia, lo mira de frente a Carlos y pone su mano sobre
su brazo derecho-“Carlos vos sabes que sos como mi hermano? Sabes cómo te
quiero
Alberto no quiere
vueltas y advierte que algo serio pasa-“Que pasa muchachos, pueden decirme sin
preparativos, murió alguien?, tengo mal aliento? Se suspendió el partido?
-Esto te va a doler
pero te lo tengo que decir… Alberto deseaba que hubiera quedado más alcohol en
ese vaso . –“ La vi a Pamela con otro , el otro día y me parece que encaraban
como para un telo “
Carlos empieza a
lagrimear y tiembla nerviosamente , no
es para menos hace tres años que están juntos- Pero cómo?? … ella me hubiera
dicho si algo no andaba bien , si ella me cuenta todo, no puede ser.
Carlos mira para
arriba como que se acordó de algo y la información está ahí en el techo entre
el estante de los vinos y los jamones colgados- Para’ para’ para’, que pinta tenía el chabón?.
-José se anima -“que
importa la pinta del tipo, no te des manija…- No no ;es importante, decime,- Carlos
interrumpe nerviosamente.
Alberto describe al
sospechoso con detalles detectivescos: -“tez morena, metro setenta y siete,
cabello obscuro enrulado, de complexidad magra es decir flaco 75 kg
aproximadamente.
Carlos se empieza a
recomponer- Pero que día era? –Alberto retoma el tono de informante –“Martes
18:36 de la tarde”
Carlos se ríe , se
relaja,suspira -“Martes ja ahah entonces
era el chongo jaja. Los amigos suspiran con alivio y ríen la risa esperada por
5 días de ese viernes- Ramón el mozo ya estaba junto a la mesa con 3 cervezas bien heladas, unos maníes y unas
aceitunas , mientras las sirve, menea la cabeza con sonrisa cómplice y murmura
jaja el chongo!.
Hace unos
días un conocido periódico publicó una nota dedicada a esta nueva categoría en
las relaciones amorosas
No es un
novio ni un pretendiente, no es el “fiancee” que le propuso matrimonio, ni
siquiera es el amante que desespera por volver a verla y que casi siempre uno
de los dos espera que el otro tome la decisión de transformarse en la pareja formal,
por supuesto no es su pareja de facto o marido es solamente “el chongo”
La nota
continua con la descripción de tres mujeres:
“Lu, Sol y
Maca; treintañeras, profesionales, que se abren paso en empresas de la zona. Y
llaman chongos a sus circunstanciales aventuras amorosas. “No son novios, ni
una relación seria. Es alguien con quien te ves cuando tenés ganas”, define
Lau. “Tampoco son amantes”, aclaran a coro Lu y Maca. “¿Amantes? ¿Qué es eso?”,
ríen. Les resulta anacrónico el término”
Mientras
leo, recuerdo la dulzura de una poesía de Juan Ramon Jimenez, por supuesto no
aplicable a relaciones entre adultos de treinta y pico
“En el
balcón, un instante
nos
quedamos los dos solos.
Desde la
dulce mañana
de aquel
día, éramos novios.
—El paisaje
soñoliento
dormía sus
vagos tonos,
bajo el
cielo gris y rosa
del
crepúsculo de otoño.—
Le dije que
iba a besarla;
bajó,
serena, los ojos
y me
ofreció sus mejillas,
como quien
pierde un tesoro.
—Caían las
hojas muertas,
en el
jardín silencioso,
y en el
aire erraba aún
un perfume
de heliotropos.—
No se
atrevía a mirarme;
le dije que
éramos novios,
...y las
lágrimas rodaron
de sus ojos
melancólicos.”
Chongo, una palabra que se filtró en el
lenguaje femenino adquiriendo presencia. En las charlas de amigas suele
aparecer como sinónimo de un levante ocasional –el último– o refiere a aquel
que dura algunos encuentros. Se habla de ellos sin pudores, más bien lo
contrario; aunque no suele haber presentaciones sociales, ni a amigos ni, mucho
menos, a familiares. Pocas veces se muestran juntos porque en la mayoría de las
ocasiones son encuentros furtivos; parte de una manera de relacionarse que es funcional
para ambos, como si se tratara de una cuestión de disponibilidad mutua, sexo on
demand, una conjunción que no implica compromisos: ni económico, ni familiar,
mucho menos de estabilidad. Los chongos son una pareja sexual o un amigo con
derecho a roce.
La
psicoanalista Any Krieger agrega: “Tener
un ‘chongo’ es como decir: ‘Tengo un pene’. Es una equivalencia fálica, sin
dudas. Y tiene que ver con la lógica de los lazos sentimentales que encontrarnos
en el discurso capitalista, donde no hay lugar para el amor, sino la idea del
consumo del otro. En este sentido, el ‘chongo’ es un objeto”.
Todo muy liberado,
muchas sensaciones sin compromisos, sin llamados, sin expectaciones, como los
Lobos marinos en las rocas.
De
convertirse esta moda en una práctica corriente, sin desengaños, ni rechazos ni
sufrimiento estamos reverendamente cagados, la humanidad podría estar en los
albores de perderse, poesías, canciones, novelas y películas, como por ejemplo
este escrito de Jorge Luis Borges:
“Es el
amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los
muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa
máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me
servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga
erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar
sus mares y sus espadas”. (“EL AMENAZADO “ JORGE LUIS BORGES)
Difícil
imaginarse al chongo expresándose en estos términos.
Platón, tal
y como se nos muestra en el discurso de Sócrates, cree que el amor es la
motivación o impulso que nos lleva a intentar conocer y contemplar la belleza.
San
Agustín, que vivió en el siglo IV después de Cristo, consideraba miserable al
ánimo de todo aquel que se encuentra esclavo por el amor de una persona o por
las cosas temporales, porque cuando las pierde se atormenta y aflige y entonces
puede sentir su miseria, por haber amado a lo que es mortal como si fuera
inmortal.
El desamor
no existe en sí mismo, lo que existe es el amor, el desamor es la falta de
amor, el frío de la indiferencia y de la muerte.
El amor es
lo que nos une a la vida y lo que le da su razón de ser.
No hace
falta el compromiso en la relación para generar la poesía a veces con la pasión
momentánea alcanza, pero aun en estos casos existe una fuerte conexión
emocional entre las víctimas del suceso y se les refiere a veces como amantes.
Al decir de
Cortazar
“Quién los
ve andar por la ciudad
si todos
están ciegos ?
Ellos se
toman de la mano: algo habla
entre sus
dedos, lenguas dulces
lamen la
húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba
está la noche llena de ojos”.(Los amantes)
Pero aun en
estos casos de menor compromiso queda el dolor de la separación, aunque sea
momentánea que genera ciertos versos
Te podría
contar
que esta
quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy
pobre hoy,
que por una
sonrisa doy
todo lo que
soy,
porque
estoy solo
y tengo
miedo . (“BALADA OTOÑAL “JOAN MANUEL
SERRAT)
Pensé que
clase de manifestación artística podría generar una relación del tipo de las
que experimentan Lu, Sol y Maca, y solo daba vueltas en mi cabeza una vieja
melodía de Almendra.
Por
supuesto la letra sería distinta:
EL CHONGO adaptacion casera de la cancion Mestizo(Emilio Del Guercio)
“No te
puedo hacer mi amante
ni verte en
los week ends
pasear con
vos por el centro
o probar tu
piel
Sólo me
queda
Dejarte
satisfecha en este martes
Sin stress
te aguanto
porque soy,
porque soy El Chongo”
Es un término interesante, pero más interesante me resulta ese momento en que el amor se filtra y "el chongo" empieza a dejar de ser llamado así y tal vez empieza a tener nombre propio ¿qué pasa en las conversaciones de ese grupo de amigas?
ReplyDeleteMuy bueno todo lo que rescataste, Borges, Cortázar, Serrat...
Buena versión de Mestizo!
Saludos!
Me intereso rescatar el contraste entre que representaba el amor que genera tanto arte y poesia y esta relacion con el chongo que no parece dejar mucho.Lo de cuando el Chongo cambia de categoria y asciende a la "A" da para otro post. Gracias
ReplyDeleteMientras tanto el tal Carlos de la historia esta descendiendo a la B y no la V mas,jaja Vencedores vencidos de los Redondos matizaría la música de fondo.Muy bueno el post
ReplyDeleteLindo el solo de guitarra de Mestizo
ReplyDeleteInteresante licuado de Serrat,Giménez con almendra con gomitas de Borges yCortazar
ReplyDeletemuy buen relato, el proximo la chonga
ReplyDeleteexcelente!!
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