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Sunday 22 November 2020

Diario de Izza Cap VI Encuentro en el Motel

 

MOTEL


La vida transcurre en medio de un vaivén de emociones. Pero el amor, siempre lejano al influjo de los vientos pasajeros, dejan en los poemas del yo lírico la certeza de su calidad que atraviesa lo pasajero del tiempo. Creer en el amor, en una sociedad que lo insulta, es tomar la decisión de redescubrirlo.

 

En los estados mixtos la excitación y la inhibición están presentes en forma concurrente, pero el cuadro clínico es dominado por la excitación (manía) o inhibición (depresión).

 

El taxi paro’ en la puerta del Motel, no acepto’ ningún pago y cuando estoy por alejarme del vehículo el chofer se baja y retira un bolso del baúl.

 

-Este bolso contiene un par de mudas de ropa de su tamaño, hasta que sea seguro acercarle algo desde su casa

 

-Gracias piensan en todo no?

 

-Espere … no vaya a la recepción, esta es la llave, el llavero tiene el numero de la habitación, en el frigobar tiene algo para comer unos sanguches y unas bebidas, ya está todo pago.

 

-Hice un gesto de despedida con la mano y me retiré en silencio

 

Subo las escaleras del típico motel, donde arriba me espera un corredor externo y una larga línea de puertas, una verdadera oda al alojamiento denostado compuesta por un edificio alargado, bajo, con grandes ventanales de vistas a una playa de estacionamiento desolado.

Mientras miro alejarse el taxi, veo esfumarse mi vida normal, las reuniones de trabajo, los objetivos de venta, las caminatas los fines de semana por la reserva ecológica de la costanera con mi hijo, el futbol 5 de los Viernes a la noche y alguno que otro encuentro amoroso durante el fin de semana.




 

La escena al abrir la puerta de la habitación es más que deprimente, paredes de color marrón un cuadro con motivos campestres de muy mal gusto. Las sabanas que en algún momento habrán lucido un color azul claro hoy celeste lavado.

Impregna de repente mis fosas nasales un olor a humedad acre y macabro proveniente posiblemente del colchón, un camastro blanco y desgastado por el uso de cientos de sueños callejeros, que se hunde exageradamente ante el peso de mi cuerpo al recostarse.

 

Dejo la cama y me decido por una ducha. En el baño me recibe una pobre luz cenital, un espejo mínimo y cascado de triste aspecto, al abrir la canilla, la vieja flor oxidada despide una llovizna pobre y mezquina.

 

Observo por la ventana el movimiento de las ramas del eucalipto a merced de un repentino viento mientras el vapor del agua caliente creaba en el cuarto la atmosfera perfecta para una película de terror, el sitio, un resguardo furtivo para amantes pobres, prostitutas de ‘tercera’, lustrabotas, vendedores ambulantes, desplazados, adictos y errantes viajeros sin destino.

 

 A pesar de lo austera, la breve ducha me provoca un ansiado bienestar un oasis en medio de una realidad abrumadora.

La atmosfera artificialmente creada por el vapor acompañada por una cerveza bien fría que encontré’ en al frigobar indujeron a mi mente a un placentero estado de somnolencia, antes de entregarme totalmente al sueño recordé poner mi alarma a las 8:00 de la mañana para estar listo puntualmente al arribo del taxi parapolicial que me llevé al cuartel.

 

De inmediato quede sumergido en ensueño apacible, sueño letárgico a compás del rumor de las ramas del eucalipto mecidas por el viento nocturno y fresco del este.

 

El descanso fue tan profundo y relajado que con las primeras luces del día y el canto de los pájaros desperté energizado y contento de emprender un nuevo desafío.

 

El reloj marcaba las 7:30, con tiempo suficiente para darme una ducha rápida.

Al salir del baño con una toalla alrededor de mi cintura, unos fuertes golpes en la puerta alteraron la tranquilidad de la incipiente mañana.

 

Antes de llegar a alcanzar el picaporte los golpes se repiten furiosos e insistentes a la vez que una fuerte voz femenina anunciaba con tono decisivo:” Policía!!”

 

Al abrir apenas una hendija para chequear si realmente era policía un brazo atraviesa la hendija como si atravesara la endeble puerta de madera mostrando una placa




 

La pequeña abertura fue suficiente para que una sombra empujara con todo su cuerpo y una fuerza inusual la puerta y al mismo tiempo enfocara con su otra mano una fuerte linterna en mis ojos que me enceguece.

 

Pude no sin esfuerzo distinguir en shock una campera de cuero. vi caer una corta falda y entre reflejos una cabellera rubia moviéndose hacia mí.

 

Sin darme tiempo a reaccionar ella tomo’ mi brazo con el que sostenía la puerta termino de entrar de un empujón, roto’ mi brazo hacia atrás de mi espalda y me empujo con todo el peso de su cuerpo contra la pared adyacente a la puerta quedando totalmente inmóvil de cara a la pared.

 

Seguidamente estiro’ su pierna derecha y empujo’ de una violenta patada la puerta que se cerró de un golpe y torciendo mi otra mano hacia atrás sentí el frio inconfort de las esposas apretando mis muñecas

 

 

Mi cara torcida contra la sucia pared no me permitía ver, pero con su agitación empiezo a sentir su cálido aliento sobre mi nuca, y un aroma a jazmines invadía mi olfato repentinamente despejando el inicial olor de la campera de cuero.

 

Siento su piel sus senos libres entre la campera de cuero, su vientre , sus pelos púbicos rozan mis manos esposadas, su sexo humedecido se refriega contra mis nalgas.

 

Mi esfuerzo por reconocerla fue inútil porque ella coloco de inmediato un pañuelo negro sobre mis ojos dejándolos totalmente cubiertos. Estaba seguro de que era ella, pero no podía verla

 

 

A…Amanda ¿?

 

SHH SHH ni una palabra, que puede haber micrófonos.

 

Sentí mi cuerpo desnudo despojado de la toalla y unos dedos vibrantes recorrerme centímetro a centímetro.

 

La sentí suspirar, apretarme las nalgas, sumergir su mano izquierda por entre mis piernas hasta apretar mis testículos, su boca besaba mi espalda y mordía mi cuello

Viro’ rápidamente mi cuerpo con fuerza y destreza, quedando mi espalda y mis brazos esposados contra la pared.

 

Aun no pude ver su cara pues se movió rápidamente con su boca y su lengua sobre mi pecho, para bajar enseguida hacia mi vientre y alcanzar con su boca jugosa y caliente mi pene erecto

 

Al cabo de un lapso suspendió el exquisito fellatio de forma inesperada y de golpe me ordeno’ 

": -camina hacia la cama"-.

 

No pensé en oponerme sabiendo íntimamente que solo podría esperarme mas placer, camino lentamente hasta sentir el borde del colchón rozando mis muslos

 

Siento sus manos sujetar con firmeza mis hombros, y imprimiendo fuerzas opuestas obligarme a girar, quitarme las esposas, para luego empujarme para dejarme caer boca arriba sobre la cama.

 

 

Ahí se montó sobre mi miembro y una vez penetrada comenzó a cabalgarme, quise acariciarle sus pechos, pero no me dejo’… siguió follándome locamente, entonces note como le venía su orgasmo, yo intente controlarme, pero no pude, y tuve en ese momento el mío también. Fue fantástico, salvajemente fantástico




 

Aun jadeando agitada se retiró de mi cuerpo y cuando intento reincorporarme, me dice no te muevas ni te quites la venda, tengo una sorpresa.

 

Luego escuche sus pasos dirigirse hacia la puerta y abandonar la habitación

 

Me quite de inmediato el pañuelo de mis ojos me dirigi’ hacia la ventana, pero ya se había ido, ni siquiera rastros de su automóvil, aun recobrando mi aliento después del encuentro, el sonido prepotente de la segunda alarma me vuelve a la realidad.

 

El taxi estará en 5 minutos, mi corazón palpitante y mi cerebro abandonan el letargo post coital para convencerme de tomar alguna de las horribles mudas de ropa del bolso y componerme para la reunión en la seccional

 

Un pantalón gris, una camisa blanca y unos zapatos marrones componían mi aburrido vestuario matinal.

 

Ni tiempo para protestar tuve pues al abrochar el ultimo botón de mi camisa el taxi se arrimaba a la playa de estacionamiento.





exto Javier Martin Miro' /  ilustraciones Isabella Miro'

copyright todos los derechos reservados 


Tuesday 29 September 2020

El Diario de Izza Capt V parte 3 LA REUNION CON EL INSPECTOR ABARCA

 

LA REUNION CON EL INSPECTOR ABARCA

 

Me pongo de pie rápidamente y salgo apresurado de la oficina de la doctora para dirigirme al despacho que se encuentra cruzando el oscuro y angosto pasillo.

 

Camino lentamente los ocho o nueve pasos, hasta encontrarme con la vieja puerta alta con banderola, despintada y triste.

 

Corría por el lúgubre pasillo un viento seco y frio, sin lugar a duda una ráfaga del mismísimo Pampero, que me traía despiadado entre augurios y presagios, la sombría perspectiva de un fin absoluto.

 

La situación me encontró demorado por unos segundos dudando si era el momento oportuno o no para golpear mientras mi mente recordaba placentera la dulce y sensual voz de la doctora, El micro sueño fue interrumpido abruptamente por la voz militar, seca de Abarca que se proyectaba por un viejo parlante que se encontraba encima del marco superior de la puerta: -Salguri …pase, no se quede ahí parado!!

 

El maldito inspector por supuesto tenía una cámara instalada en el pasillo por seguridad.

 

Entro rápidamente tratando de mostrarme seguro sin demasiados sociales, una vez sentado frente al escritorio Abarca me descoloca con una pregunta inesperada-: Que tal le fue con mi pareja?

-¿La Doctora? Disculpe, no sabía que estaban juntos.

-Iré’ directamente al grano, Salguri digamos que su credibilidad como testigo como bien le habrá’ informado la doctora esta’ en la zona gris entre dudosa y cuestionable. Lo cual no tiene nada que ver con su honestidad, su veracidad, o sus buenas intenciones de colaborar con la justicia.

 

Los últimos eventos constituyen una mancha más en el dilema

 




-¿Porque? No entiendo

 

-Mire lo que usted registro y se tomó el trabajo de recordar en detalle tiene un gran inconveniente.

 

El auto, el modelo, el color, el número de patente y la detallada descripción del sujeto y la breve aparición de la chica parecen calcados del reporte producido por el investigador que cubrió’ el caso Rosenthal.

 

-¿El caso Rosenthal?-...Mi boca se seca rapidamente y mi mente da vueltas sin parar y siento  ansiedad y espanto ante la posibilidad de que todo esto haya sido producto de mi imaginacion. Mi mayor miedo desde que encontré el diario de Izza fue el crecimiento de mi ansiedad y el sufrimiento de pasajes de despersonalización…, la sensación vertiginosa de perder el control y sobre todo de desarrollar cierto tipo de esquizofrenia.

Disimulando mis temores escucho atento la exposición de Abarca, aparentemente inadvertido del estress que me provoca. 

-Macabro siniestro ocurrido en 1990 , hace ya más de 20 años.-continua el inspector-.

El criminal secuestro’, violo’ y torturo’ una serie de jóvenes de la zona, (creemos que fuero tres), la ultima la hija del empresario Samuel Rosenthal , su nombre era Sara.

Un vecino alerto’ de movimientos violentos hacia una chica por parte del conductor de un veloz vehículo circulando por la zona, la descripción nos puso muy cerca tras las pistas siguiendo de cerca al perverso en una feroz persecución policial, el auto que conducía era un Ford Falcon Futura.

 

Solo que el conductor perdió el control del volante y se estrelló contra una arboleda un poco posterior al semáforo que usted describió’ el coche se prendió fuego y allí quedaron los restos de él y de la chica.

 

El tipo era proveedor de la empresa del padre importaba uniformes y equipos de protección industrial, delantales guantes de látex, mascaras cascos.

 

-Me encuentro abrumado, usted debe pensar que alucino, que me estoy volviendo loco, pero para mí la situación fue bien real.

 

-Los forenses rescataron partes del cuerpo de Sara y pudieron confirmar que fue sometido a todo tipo de horrores y vejaciones, informe que por suerte pudimos evitar que llegue a su padre que creyó’ que su hija murió’ en un accidente provocado por un secuestrador imprudente.

 

-Y el coche? Pregunto casi imaginando la respuesta

 

-Casi irrecuperable termino en un desarmadero de Berisso

 




Una de las cosas que suceden en estas calles, es que mucha gente es perseguida por coches fantasma. La gente maneja y de repente ven que unas luces que vienen de un coche las persiguen. Estas luces no desaparecen hasta que la persona siendo perseguida se va a otra calle.  Este encuentro le ha pasado a casi todas las personas que manejan en esta calle tenebrosa y completamente desolada por la noche.

 

No es extraño que la gente reporte encuentros peligrosos o persecuciones por parte de vehículos dignos de cuentos de terror, como por ejemplo se ha avistado en la zona un viejo camión militar Dodge de 1935 igualito al que había dejado abandonado en una granja de California el diabólico Charles Manson.

 

También se reportó un Mercedes blanco patente extranjera de Asuncion 177561circulando de contramano en la ruta a La Plata, si se fija en los archivos notara’ que es el mismo en el que fue asesinado el dictador Somoza

 

Algunas noches se ha visto cruzando semáforos en rojo a toda velocidad sin la más mínima intención de aminorar la marcha o visualizar automóviles o peatones a un Dodge Coronado (chapa patente C726713) color ladrillo y techo vinílico, si mal no recuerdo es el mismo auto en el que encontraron en el baúl chorreando de sangre a los padres de los hermanos Shocklender trágicamente asesinados.




 

A esto le podemos sumar la constante niebla, el humo por la quema de basura, las luces malas, el deambular de personajes extraños como la Llorona o el viejo Augusto.

 

-¿El viejo Augusto? Interrumpo curioso su relato cuasi fantástico.

 

-Un linyera endémico de la zona que cuenta historias y transita por el cementerio.

 

-Por supuesto ninguno de estos coches jamás se ha encontrado

 

Sin embargo, existe la posibilidad de que algún sujeto con mente enferma se tome el trabajo de reproducir todos los detalles minuciosamente de algún asesino como este del caso Rosehnthal

 

Le llaman copycat en Ingles, disfrutan con sembrar el pánico y confundir a la policía especulando con la posibilidad de que algún famoso asesino serial volvió a las calles o algo macabro supernatural está aconteciendo.

 

Son extremadamente narcisistas y detallistas, pero la espiral de complicados rituales los hace a veces a cometer un error.

 

-¿Entonces me cree? ¿Existe la posibilidad de que alguien ande por esta zona secuestrando, torturando, matando?

 

-Salguri, … este monstruo existe, de alguna manera, por alguna razón lo eligió a usted como comunicador de su obra maléfica.

 

Usted, no va a poder seguir con su vida normal, ya todo ha cambiado, el desea utilizarlo para confundirnos, para seguir jugando este juego macabro.

 

-Es cierto no voy a poder seguir andando solo hasta altas horas de la noche por cualquier lado visitando clientes, voy a concentrarme a trabajar en horario de negocios y …

 

-No Salguri, no solo eso, todo lo demás, su casa , su familia , sus salidas, usted va a entrar en el programa de protección al testigo.

 

-No entiendo.

 

-Ahora vamos a terminar el interview, usted va a salir por este largo pasillo, pero para el otro lado no por donde entro’, ahí atrás lo va a estar esperando un taxi, se mete sin decir nada.

El taxi lo va a llevar al Motel Panorama, se va a quedar ahí descansando, se toma una cervecita, ordene unas pizzas, que se yo … mire una película.

 

Mañana a las 7:30 lo va a estar esperando el mismo taxi, ojo no se suba a ningún otro y lo va a traer aquí donde vamos a tener la primera reunión del grupo de investigación.

 

-Pero no Abarca!, yo tengo que ir a trabajar, luego tengo que ir a buscar a mi hijo, este fin de semana le toca estar conmigo y tengo que…

 

-Nada de eso, ya avisamos a su trabajo, le mantienen el puesto sin problemas, su familia ha sido re locada a una nueva dirección en otra provincia esto será por unas semanas.

 

Me quede’ en silencio, abrumado vacío, recordé la frase del Emperador Marco Aurelio después de la sangrienta batalla contra los Germanos en el Monte Cárpatos “  El silencio se siente entre los cipreses de este panteón, donde se excavaron unas 2.000 tumbas ,  en ese terreno pantanoso donde el dolor hace el eco del silencio, en solitario somos protagonistas inevitables de esta larga noche”

 

O como relata Dante cuando el protagonista entra al Tercer circulo del infierno “La oscuridad del Infierno o de la noche privada de toda estrella, entenebrecida por las nubes hasta lo sumo, no echarían sobre mi vista un velo tan denso como el que nos envolvió’, siendo tal la aspereza que no podían los ojos permanecer abiertos”

 




-Salguri!! Se ha quedado usted dormido ¿?

 

-La voz de Abarca me saco del profundo sopor depresivo y exhale’ el suspiro que contenía el aire de los últimos vestigios de mi vida tal como había sido hasta hoy

 

El taxi lo está esperando, mañana con todo el equipo le echamos un buen vistazo a ese diario.

 

El diario ¡!… ahora que recuerdo lo deje’ en mi casa.

 

No se preocupe, ya lo mandé a buscar, ya está seguro en nuestras manos.



Sunday 19 July 2020

El Diario de Izza Capt V parte 2




El extraño encuentro con la Doctora Short


Esa misma madrugada, más allá del sueño y la fatiga extenuante me encuentro muy a mi pesar sentado en un banco frio de la misma seccional de policía que se burló’ de mis inquietudes hace dos semanas.

Un personaje flaco vistiendo un delantal recuenta una y otra vez una historia de unos muchachones que le rompieron el vidrio del negocio, no deja de llamarme la atención su semejanza con el espectro que intento’ matarme tirándome el coche encima la noche anterior, también resaltan los pesados borceguíes que al abandonar la seccional van dejando huellas de tierra húmeda, a pesar de que no había llovido.

Al llegar mi turno el oficial me atiende con la misma rudeza y desinterés demostrada la vez anterior.
Me interrumpió’ secamente cuando intente’ pronunciar mi nombre- Ya se’ quien es usted.
-Viene para agregar información acerca de su denuncia previa? ¿O se trata de otro incidente no relacionado o sea no vinculante? Pregunto’ a continuación.
-Bien puede aportar una serie de datos vitales para esclarecer la denuncia ya establecida, pero podría bien tratarse de un incidente casual no relacionado. Para eso están ustedes, para encadenar los hechos y deducir, ¿no es así? -Conteste’ un poco molesto.
El sujeto comienza a tipear en la computadora y relata su escrito al mismo tiempo –Dado que el denunciante no se encuentra en condiciones de decidir, procedemos a abrir un nuevo expediente…
Mientras tipeaba le paso a través de la ventanilla un manuscrito que había preparado incluyendo todos los detalles del incidente.
Para su pesar había incluido minuciosamente patente marca, modelo, color, detalles físicos del conductor y de la breve aparición de la acompañante, así como detalles del incidente y sus peligrosas maniobras para intimidarme o producirme daño.

-¿Disculpe agente cuál es su nombre?
-Rogelio Benitez para servirlo
-Mire Benitez este sujeto bien podría ser el que tiene secuestrada la joven del diario íntimo que presente’ ante ustedes la semana pasada.
Benitez toma la hoja con mi declaración y mis datos y se rasca la cabeza
Mostrando cierta preocupación marca tres números en el teléfono
Una voz grave contesta de inmediato – Abarca, ¿qué pasa Benitez?
Acá esta Salguri , otra vez
¿Quien?
-El del diario
-No podemos atender a la prensa en la seccional  
-No el de la prensa local es Sagasti este es el que encontró un diario personal, Sal-gu-ri
el del diario de la chica .. se acuerda?




-Ah sí que pasa con el?
-Aquí le mando una declaración de un nuevo incidente, la carpeta original y desde Archivo le va a llegar la carpeta del caso Rusenthal.

-Rusenthal ¡! , Benitez ese caso se cerró hace 10 años!
-Si Inspector cuando lea el reporte de Salguri va a ver porque se lo mando.
-De acuerdo por favor haga una cita con la Doctora Short para que lo vea a Salguri y después me lo manda a mi oficina.

Media hora más tarde me encuentro en otra oficina con luz tenue.

Un lugar cerrado, claustrofóbico, que presiona al acusado a tal extremo que lo lleva a contar la verdad

Al ingresar la misma ráfaga fría que cerrara la puerta, me tocó en la nuca.
Un mobiliario simple previsible una silla rotativa de oficina y otra reclinable para el paciente que al sentarse quedaba en una inclinación más que confortable y a baja altura del piso.
Sobre la oscura pared uno anaqueles largos y pesados albergaban libros de psicología.




Había flores frescas en los jarrones de porcelana del oscuro rincón.
Y, en consecuencia, un penetrante aroma de jazmines de El Cabo dando vueltas en torno.

Una mujer rubia de unos 42 anios muy atractiva enciende un cigarrillo y me invita a sentarme en la amplia silla reclinable, mientras pronuncia su nombre con voz suave y sensual: -” Short ; Amanda Short , tome asiento”.




Tan pronto me siento comienza a leer datos al azar sobre mis últimos días.
-MMmm muy interesante…. Usted bajo’ en estado confuso de un tren en una estación fuera de servicio, por no decir abandonada.
-Luego encontró un cuaderno tirado en la calle y lo recogió’
-Que tiene de malo? Pregunto algo molesto.
-Bueno no es muy higiénico para empezar no?
Pero no solo eso lo tomo’ y lo empezó a leer-.

No le conteste’, decidí’ alimentar su fastidio quedándome en silencio.

-Fíjese que al poco de hojearlo descubre que contiene material de alto contenido sexual y violento…-La Doctora continúa asediándome y luego de un incómodo largo silencio retoma-
-Entonces …lejos de desistir ante la posible indiscreción en la vida íntima de otra persona, usted decide continuar leyendo

Doctora usted parece estar muy en control de sí misma, está segura de que no sentiría ni siquiera un poquito de curiosidad.?

La doctora no contesta, cruza las piernas lentamente,anota,suspira.
Se para nuevamente, deja el escritorio, camina lentamente hacia mí, y se detiene detrás de mi butaca.
Un elegante perfume a Jazmín me invade hasta la profundidad de mis fosas nasales, a pesar de lo incomodo de la situación me siento profundamente atraído por su cercanía.
-Luego viene el episodio de violencia con su hijo en el shopping center,no es así?Amanda Short vuelve a sentarse en su butaca.
Yo solo asiento con mi cabeza
-Y hoy …, manejando a altas horas de la noche a 60-80 km de su casa, en un oscuro rincón en un semáforo cualquiera un automóvil de más de tres décadas de antigüedad, obviamente preparado, porque si no estaría oxidado, descuajeringado en mal estado, conducido por un sujeto de aspecto según usted desagradable, lo reta a un duelo automovilístico. -
-Así es
-Y a usted le parece adecuado, aceptar el desafío y engancharse en una picada desenfrenada a toda velocidad por esa ruta oscura y solitaria.

-Doctora usted está editando los hechos, y le quita el peso de que uno es consecuencia de otro en la secuencia. Yo no me hubiera prendido a correr una picada si no fuera por el estado mental que me produjo las imágenes de ese diario.

-“Estoy evaluando su elegibilidad, su estado mental para decidir si usted podría ser considerado como un testigo válido en caso de tener que tener que presentar su testimonio en la corte.

No debería ofenderlo, si Abarca lo manda a verme es porque considera que hay algo digno de investigar en esta historia.

Como profesional no puedo dejar que su credibilidad como testigo pueda ser cuestionada debido a episodios que denotan cierta inestabilidad emocional”-

Me pongo un poco incomodo al percibir que me están etiquetando sin sopesar un análisis justo y profundo.

La doctora deja el sillón y comienza a caminar lentamente alrededor de mi asiento, resulta difícil evitar fijar la mirada en su atractiva figura, especialmente en sus piernas sensuales paseándose libres tan cerca de mi perspectiva ahí sentado desde un nivel inferior.
A continuación, comienza un tenso y aburrido monologo para justificar su asedio

-Según los estudios de Solomon Ash la estabilidad psicológica en una persona puede afectarse ante acontecimientos externos de peso significativo, traumático para su umbral de tolerancia y capacidad defensiva; siendo sus recursos insuficientes y de este modo la persona  se instala en un estado contrario, de desestabilización psicológica y emocional.

La psicología del testigo trata de estudiar, entender y afrontar aquellos problemas mnésicos que afectan a un individuo y que pueden influir a la hora de emitir su testimonio ante un juez. 


Esto también se refleja en la tesis de Espinozza acerca de la confiabilidad del denunciante.
Muestran sus observaciones que, en el caso contrario, debido al estado de trauma y al estrés sufrido por la víctima o el testigo, la inexactitud de la memoria debe ser un importante factor a tener en cuenta puesto que nuestra memoria es capaz de modificar los recuerdos, llegando incluso a crear recuerdos que, en realidad, no han ocurrido.  Por ello, habrá que modular la credibilidad que se está otorgando al testigo en cuestión.

La doctora caminaba lentamente en círculos alrededor de mi sillón mientras se abanicaba con una carpeta como si repentinamente le hubiera surgido una agitación interior, luego se sienta en el escritorio y cruza sus piernas dejando entrever para mi agradable sorpresa, confines indiscretos de su hermosa figura translucidos desde una fina ropa interior.

Decido romper el hielo y tomar el timón del encuentro sacándola del confort de su chamuyo psicológico, la miro de arriba a abajo y trato de poner un tono de voz interesante-Es usted casada?

-Salguri, -replica Short tratando de parecer enojada pero esbozando un leve sonrisa,- hay muchas preguntas que generalmente recibo por parte de un testigo en estas circunstancias como por ejemplo :– Usted piensa que creerán lo que estoy declarando?, Me volverán  llamar? ¿Qué va a pasar luego de esto?  Estaque usted hizo no es particularmente una cuestión formulada por alguien emocionalmente estable - .Dígame Salguri A que viene esta pregunta , para que quiere saber mi estado civil?
-Está usted teniendo una relación con el Inspector Abarca?(Fue lo primero que me vino a la cabeza , pense’ que si la pegaba iba a tener un especial respeto por mi sentido de percepción y si no … mala suerte ya lo olvidara’)
-No , no estoy casada ni estoy saliendo con Abarca, se acabaron las preguntas personales.-Termino’ la frase con un tono de voz alto e imperativo para continuar de inmediato en su tono suave y seductor , como si nada hubiera pasado.






-A pesar de presentarse como un testigo desequilibrado –
Amanda se abalanza rápidamente hacia mí, al llegar a estar casi sobre mis pies inclina su cuerpo hacia delante y continúa hablándome suavemente tornando su tono de enojo a sensual seductor-.
-Personalmente… creo que más allá de su estado parcial perturbado, se esconde una personalidad interesante, un hombre que muestra preocupación por sus semejantes, alguien con una sensibilidad especial y un poquito aventurero.
Vuelvo al tema porque se he notado por su gesticulación que le molesta y presiento que descubro ciertas vulnerabilidad en ella-Yo decía porque si estuviera casada con Abarca seria gracioso Amanda Abarca, jeje , todo con A-

Entonces se desplaza con mesura y se detiene detrás de mi apoyando su cuerpo contra mis espaldas y sus manos sobre mis hombros
Pareció derretirse su personalidad controladora, soltó’ una risita aguda, casi tímida inocente que contrastaba con la creciente tensión sexual entre nosotros.
¡Ji siii que gracioso! Deslizando con dulzura una de sus manos disimuladamente por mi cuello y detrás de mi oreja, la suavidad de su piel empezó a erizar los pelos de mi nuca y comencé irremediablemente a sentir los efectos de la excitación en cada parte de mi cuerpo.

Trato de no dejar de envolverme por los efectos físicos de su piel rozando mi cuerpo contrataco sorprendiéndola con una atrevida proposición: - Bueno ya que no tiene ningún compromiso a la vista, le gustaría acompañarme a tomar algo o a almorzar?

-Disculpe Salguri eso no sería profesional de mi parte. La entrevista ha terminado , por favor retírese que lo está esperando el Inspector Abarca.




Thursday 9 April 2020

El Diario de Izza Capitulo V : La picada del penúltimo semáforo




El Diario de Izza  Capitulo V 



Cuando pense' en olvidarlo todo o casi todo ; un encuentro siniestro en un lugar maldito,me devolvio a las profundidades del infierno.



La picada del penúltimo semáforo

Nunca olvidare’ esa noche. Una noche oscura, negra y fría, sin luna ni estrellas, la tenue luz de los astros luchaba por atravesar inútilmente las densas nubes, como la mirada desahuciada de una víctima inocente que yacía, en algún lugar de los precarios asentamientos que apenas se avistaban al costado de la ruta.
La humedad del ambiente se concentra formando densas neblinas que se mueven tenebrosamente a merced del viento, de tanto en tanto figuras miserables se esbozan alrededor de un fuego incipiente alimentado de basura, restos de cubiertas y ramas verdes produciendo una humareda lúgubre que disminuye aún más la endeble visibilidad suburbana. 






Justo en el penúltimo semáforo antes de salir a la ruta, parado junto a mí un coche misterioso me incitaba para correr una picada. el rostro del conductor me produjo escalofrío








Adelante la más absoluta oscuridad, pero ambos sabíamos que el reto seria hasta el próximo semáforo que se encontraba a 5 km de una ruta desierta y sinuosa antes de enfrentarse con el acceso a la autopista a Buenos Aires.
En situación normal a mi edad debería haber ignorado totalmente cualquier tipo de aventura, sin embargo, mi estado mental no era el adecuado, totalmente perturbado desde aquel macabro hallazgo del maldito diario personal, podría en este momento envolverme en una pelea callejera o tomar un avión a un país desconocido, todo me daba igual.
Me devoraba la curiosidad y sentía que debía continuar la situación con el fin de registrar detalles del conductor, del vehículo, del lugar, siempre mi mente girando sobre la paranoica pesadilla de que este, debería ser el perverso monstruo que secuestro’ a esa joven.
A ambos lados del semáforo un par de luces rudimentarias que iluminan un parador de ómnibus me brindan justo lo mínimo para recolectar cierta data de importancia.

Observo cada detalle de ese Ford Falcon 79 posiblemente un modelo Futura , su pintura azul cobalto, sus dos rayas blancas sobre el capot y una transversal a través de la longitud del vehículo  parrilla en color negro, lentes de giro de color naranja, luces altas de halógeno y llantas de 14 pulgadas y con neumáticos de perfil bajo  Firestone  con una fina banda roja entre otros cambios.
El conductor un tipo flaco morocho de nariz larga y puntiaguda, con numerosas ojeras bajo sus ojos me desagrada y me da miedo, pero tengo que forzarme a memorizar cada detalle.
En segundos usando mi vista lateral de mi ojo izquierdo tratando de no mirar fijamente al funesto en el volante, aparece y desaparece subrepticiamente apenas asomada por una fracción de segundo en la ventanilla del asiento de atrás la visión de una joven de aspecto abandonado, sucia, tendría 19 o 20 años, demacrada, con un pelo rubio hecho manojos unos ojos celestes sin expresión y varias marcas de la cara como golpes o cortes. 







Su presencia espectral se esfumo’ repentinamente tras el vapor de condensación del vidrio
Aun en shock por la visión de la joven que podría ser la mismísima Izza referida en el diario o alguna nueva presa de su cacería repugnante aguardo impaciente el inminente pasaje de las luces del rojo al verde.

Mi pie, respondiendo a no sé qué mecánica reacción del cerebro autónomo (porque seguramente la decisión no paso’ por mi conciencia en absoluto), presiona el acelerador hasta el fondo.
Mis reflejos, el cambio de marchas en el momento justo, el control del volante en la primera curva, la adrenalina y la imagen del Ford Falcon en serios problemas para poder mantenerse a la par, se precipitan impregnados de cierto “Deja Vu’”, reminiscencias que creía olvidadas de mi breve y humilde paso por el automovilismo. Experiencia que me llevara a mediados de los 70;s a participar con escaso éxito del legendario rally de la montaña a través de la ruta de las altas cumbres.
Me asalta por un instante el pensamiento de si el nefasto conductor del Ford habiendo hurgado en mis récords, sabría que sucumbiría a la tentación de aceptar semejante reto irresponsable y si esto era así, si habría sido elegido desde el principio para ser el interlocutor de su crueldad y si ya tendría planeado un final para mi cuando ya no le sirva para sus oscuros propósitos.
Todo mientras circundaba mi mente mientras mi Toyota Camry alcanzaba los 150 km/hr en una oscura ruta suburbana.

Estas elucubraciones sembraron la inseguridad, distracción que me produjo una pequeña desaceleración, brindándole una perfecta oportunidad para tomar ventaja por parte del indigno.


El inconsciente según Freud es un gran aliado a la hora de tomar decisiones, ya que puede movilizar grandes cantidades de información permitiendo que podamos decidir en función de múltiples criterios.  La razón, por otro lado, se vuelve un torpe lastre a la hora del combate.




En una fracción de segundo vi su vehículo sobrepasarme dejando como rastro sus luces rojas traseras desapareciendo en la penumbra. De inmediato, me invadió’ una sensación de alivio al tomar la decisión de abandonar una situación peligrosa sin sentido, aflojando levemente la presión del pie sobre el acelerador, aun así, el velocímetro indicaba una velocidad superior a los 100 km/hr.

Me asombro’ sin embargo con la velocidad que desapareció de mi visual, dejándome la duda si no tendría adentro del capó otro motor preparado para carreras distinto del original.

Afortunadamente, intuición y prudencia se instalaron en mi cabeza resultando en una disminución de la velocidad a pesar de que mi corazón y mi ansiedad rebalsaban de adrenalina remante. El lapso de calma se extinguió súbitamente luego de breves diez segundos, interrumpido por la espeluznante silueta en la ruta del Ford atravesado transversalmente y con las luces apagadas.

Mi pronta reacción y la buena calidad y estado de mis frenos me detuvieron después de una aterradora derrapada de unos metros a escasos 30 cms del auto en cuestión.

Mientras el chillido de los frenos y el olor de las gomas quemadas invadía el interior del vehículo, entre el humo provocado por el calor de las llantas pude ver prenderse las luces del Ford, y diestramente completar un rápido giro de 90* y retomar nuevamente la marcha a toda velocidad.

Totalmente enfurecido sentí la inconsciente necesidad de seguirlo y tratar de leer su número de registración. Consigo mi propósito posicionándome a escasos metros detrás del susodicho.

Nuevamente el vehículo frena de golpe, pero esta vez yo consigo maniobrar y pasarlo al mismo tiempo que registro su patente que repetía una y otra vez en voz alta para grabarla en mi memoria.

El vehículo con chapa AA291GX circulaba detrás de mí con la voraz intensidad de una cacería, me sobrepasa y me encierra de tal manera que mi auto al frenar bruscamente queda atravesado en la avenida.



El Falcon acelera de golpe a máxima velocidad para doblar de improvisto en una salida cerrada hacia la derecha en pocos metros y abandonar la avenida internándose en un angostísimo sendero de tierra a la derecha continuando su camino con sus luces apagadas y a gran velocidad.
Vi con pavura la siniestra figura del auto, desvaneciéndose, bajo una nube de polvo, hacia unas luces tímidas titilantes que denotaban la presencia de algún miserable rancherío.



la historia continua ...

exto Javier Martin Miro' /  ilustraciones Isabella Miro'

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