La lectura del macabro diario
Abarca comenzó’ a leer el relato de la desafortunada joven de alguna forma la incipiente luz de la tibia mañana desapareció’ ante un cielo negro encapotado anunciando una inminente tormenta.
El ambiente traia reminiscencias de mis caminatas por los cerros de Cordoba cuando esas nubes saturadas descargaban los primeros copos de nieve, recordando algunos versos de Tomas Moro cuando dice: “con esa negra tez que
el trono de la muerte derrama por sus bordes viscosos “
En su voz solemne
y profunda aquella experiencia de intenso horror escalofriante enturbiaría una
vez más mi existencia común, pero esta vez por lo menos tenía el consuelo que
alguien más compartiría esta tenebrosa carga, por primera vez sentía que alguno
de estos hombres podría hacer algo por la pobre víctima.
Dia Quinto:
20 minutos pasan mientras suenan 7 u 8 canciones, o durante la inmersión
en pensamientos profundos en una sesión de meditación.
Me siento una piedra arrojada al océano hundiéndose y deseando
profundamente que este me trague en su totalidad convirtiéndome en una gema que
en algún tiempo espere ser rescatada quizás en otro mar, en una playa desolada
de alguna isla perdida.
Despertar del dolor que parecía lejano en el sueño y comprender que era
producto de las torturas que me había prodigado ese monstruo solo duro’ una
fracción de segundo.
Mis ojos enterrados en la profundidad de la tierra que invadía mi boca y
la falta de aire me hicieron pensar que podía haberme enterrado viva y que este
sería el ansiado final.
Sin embargo, sentía el calor del sol ardiendo a mis espaldas, el breve
alivio al descubrir que mis manos y mis pies estaban en la superficie, aunque
fuertemente sujetadas me hizo llegar a la conclusión de que estaba estaqueada,
desnuda boca abajo.
Comprendo que mi supervivencia depende de arquear mi espalda hasta el límite
del dolor y levantar la cabeza unos centímetros hacia la superficie para tomar
desesperada una bocanada de aire y si fuera posible evaluar mi situación con mi
pobre mirada de mis ojos llenos de tierra.
Sentía la sed como agujas en mi estómago, sentía mi piel cocinarse bajo
el sol.
Miles de hormigas deambulaban por los más diversos rincones de mi cuerpo
infringiendo dolor con sus picaduras llegando a introducirse libremente en los
confines más profundos de mis intimas cavidades.
Con el paso del tiempo mi energía se reducía y la altura a la cual podía
levantar la cabeza apenas dejaba entrar una pequeña cantidad de aire caliente.
Vi su sombra, sus borceguíes y sus piernas acercarse, vi un reloj
despertador antiguo redondo puesto enfrente mío tan cerca que ocupaba toda mi
visión.
Habrán pasado 2 horas de extenuante rutina repetida de arquearse como un
nadador de mariposa y alternando, estaqueada en la tierra, entre el dolor
producido por un mar de picaduras de hormigas, la asfixia y la deshidratación
aguda.
Escuche su ronca voz aterrorizante sentenciando “Te quedan poco más de
20 minutos de vida, puse la alarma para que sepas bien cuando llegara tu final,
hagamos de estos últimos minutos un recuerdo memorable”.
Después el silencio, vi sus pantalones caer y sus borceguíes caminar
hacia el lado de mis piernas, sabía perfectamente lo que vendría.
El dolor de las estacas o de mi piel chamuscada desaparecieron
comparados con el odio, la repugnancia y la desesperación de sentir el peso de
su asqueroso cuerpo sobre mis espaldas.
Su mano derecha tirando de mis cabellos estiraba mi cabeza produciendo
un dolor insoportable hacia arriba para forzar mi respiración y evitar que
pierda el conocimiento.
Su otra mano introducía los dedos en mi ano aumentando mi tormento, para
luego introducir algún otro objeto, mientras baboseaba mi cuello y mordía mis
orejas hasta hacerlas sangrar gimiendo y bufando como un cerdo.
Luego de unos minutos procedió a sodomizarme, pero yo ya no sentía mi
cuerpo mi mente me había llevado a una parada de colectivos hace unos días
donde la tabla con los horarios de la línea indicaba que el próximo autobús
llegaría en 20 minutos.
Me reía internamente de la molestia que me produjo enterarme de la
demora, de mi impaciencia y de la superficialidad de mi planteo acerca de que
canciones debería seleccionar en mi iPod para cubrir con exactitud la totalidad
de la espera.
Mientras tarareaba esas canciones que recordaba con una precisión inimaginable, sentía una profunda pena por la chica que estaba siendo salvajemente violada en algún lugar lejano, ante la total indiferencia de un mundo cruel.
Con el ultimo acorde de la última canción me soltó del pelo, y mi cabeza
cayo con violencia hacia el fango para ahogarme en el nunca tan apreciado olor
de la tierra; esperando que ante la falta de oxígeno se derrumbe mi celebro,
colapsen mis pulmones y pare de una vez por todas este miserable empedernido
corazón con su absurda tozudez de mantenerme con vida.
Lo último que sentí fueron sus graznidos deplorables al terminar la faena, el timbre de la alarma de aquel viejo reloj despertador y mi ser desvaneciendo en la dulzura de un desmayo posiblemente provocado por las emanaciones de un pañuelo con cloroformo que la bestia introducía en mis narices sangrantes.” дом на реке
Al terminar la lectura se hizo un silencio incomodo seguido de un silencio aún más profundo, como aquel descripto por Cadicamo en “La casita de mis viejos cuando dice:
” Hay en la casa un hondo y cruel silencio huraño”
La marcada
pausa nos recuerda la relación estrecha entre el silencio y la cercanía inminente
de la muerte. El dolor, el camino hacia la muerte, la misma muerte, como un
pozo de tinieblas, reclama urgente el desvanecimiento de la palabra.
Solo queda entre los presentes pensativos, como en aquel puente de Venecia un imperceptible coro de suspiros, en una dolorosa bocanada de silencio.
La historia ha llegado a una zona de oscuridad. Es distinto de lo contado antes, de los encuentros del protagonista con la seductora Amanda Short.
ReplyDeleteTengo alguna asociación con personajes del Mara Verso, que han enfrentado algún riesgo, con mayor suerte que esa mujer prisionera. Hay toda una descripción, muy lograda, de su victimización, del agresor desatando sus oscuros y destructores instintos, extrema maldad.
Y ha impactado en los presentes. Y pudo ser más aun duro ese impacto, de haber sido leído ese diario por Amanda Short.
Está muy bien escrito, está a la altura de los anteriores capítulos.
Saludos.
Gracias Demi, yo tambien pense' en el impacto de que la Doctora lea algo tan terrible con su dulce y pausada voz , pero es un cuartel Policial y los meetings y la informacion la baja el Jefe. Un abrazo
DeleteTe agradezco mucho tu comentario en mi blog.Saludos
ReplyDeleteBo gracias a vos , nos seguimos leyendo. Un abrazo
DeleteEsto se fue poniendo macabro, oscuro, incómodo.
ReplyDelete¡Qué buena frase rescataste de ese gran tango!
Abrazos, que andes bien.
Gracias Frodo , cuando te acomodas en la butaca y notas que el que esta sentado al lado tuyo es Freddy Kurgger jaja. Un abrazo
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