El brujo
del pueblo le dio’ el diagnóstico y el rito que remediaría su mal de amor
-“A veces
no es que no le parezcas atractivo , es posible que espíritus negativos o influencias de personas enfermas de celos
provoquen una nube que impiden que ella te vea con sus propios ojos y se
enamore”.-Sentenciaba el brujo , encendiendo una fogata con hierbas
medicinales.
-“La única forma
de romper el hechizo es escribiendo su nombre completo orinando en la calle al
frente su casa , de hacerlo
correctamente ella se entregara’ irremediablemente a tus brazos”.-Concluía el
misterioso hechicero.
En una
noche sin luna, donde las nubes tapan el resplandor de las estrellas; después de
varias cervezas y a las 3:45 de la mañana por la calle solitaria, Furlong procedía
con dificultad a cumplir con el ritual una y otra vez.
No era
falta de convicción con la causa, el hombre estaba por demás enamorado, sino mas bien la
dificultad de completar la tarea se debia al extenso nombre de su amada: Cecilia Ernestina
Arambarry Goyeneche.
Un aumento
en la cantidad de cerveza a consumir lo único que producía era la borrachera, y
la falta de precisión en el acto.
Luego de
conseguir la aprobación del brujo, decidimos aportar generosamente nuestra donación,
con el fin de socorrer los males del corazón de aquel pobre desgraciado. Después
de todo para eso están los amigos.
He aquí que,
en esa noche oscura de miércoles, ante la más absoluta calma, sobre la calle de
tierra, a las puertas mismas de la casa de Cecilia, el joven enamorado y sus
dos amigos se encontraban con las piernas abiertas y con la vejiga a punto de
explotar, escribiendo verga en mano, (tratando de no salpicar), el tan mentado
nombre con la mejor letra posible.
En el instante mismo del máximo torrente, el
esperado alivio se vio perturbado por unos ruidos.
Los muchachos, con incontenible estupor , oservaron entre las sombras la silueta de Cecilia caminado por el porche de la
casa
Desde allí lejos
Cecilia acostumbrada a verlos reunidos conversando frente a la puerta hasta muy tarde, totalmente inadvertida del ritual, se dirige a ellos: “Chicos …
chicos no vieron al Michi?, me parece que se me escapó otra vez, el muy
desgraciado”.
La reacción
del trio fue exactamente la misma sin ni siquiera intercambiar una mirada e
imposibilitados de cortar con la tarea comenzaron a caminar con dificultad alejándose
de la casa exclamando “Michi… Michi… miau…miau!!.pretendiendo embarcarse a la busqueda del felino mientras completaban el ritual.
Desde
entonces fue un ritual establecido en el grupo para convencer a Cupido cada vez
que el amor venía a tras mano.
Mas historias en el blog de :
No comments:
Post a Comment